El Objetivo Secreto: Lou FrescoRolf Eckhardt, el Agente Alpha y supuesto líder de la Route 68, no tardó en asignar la primera tarea al "dúo dinámico" de la banda. No era un trabajo de transporte de drogas o dinero, sino una misión de inteligencia pura, diseñada para probar sus habilidades y, crucialmente, su capacidad para trabajar juntos a pesar de su "historial".
La misión era la siguiente: debían adquirir una serie de piezas de armamento de alta precisión extremadamente raras y entregarlas a un contacto en el desierto. Este contacto era Lou Fresco, el "armamento" de la Route 68, un agente encubierto de otra célula, especialista en guerra tecnológica y armería, a quien la organización interna llamaba "El Armero".
El Mandato de Eckhardt:"Escuchen, Josea y Viper," gruñó Eckhardt durante el briefing, sus ojos escrutando la tensa dinámica entre ellos. "El Armero está estancado en Nivel 10. Para poder construir la trampa final para el gran pez, necesitamos que suba a Nivel 11. Esto significa conseguir los planos y los componentes del Sistema de Disparo Remoto 'Hydra'. Krakovia cree que los tiene solo él. Si fallan, El Armero no puede fabricar nuestro activo y ambos serán considerados un riesgo."

⚙️ El Botín de HydraEl Sistema Hydra era la joya de la corona de la tecnología de Krakovia: un mecanismo que permitía disparar un arsenal completo mediante un beacon satelital. Adquirir esos planos no era solo un robo; era una declaración de guerra encubierta.
Klandestinoh y Giselle viajaron en un camión de carga modificado, sus asientos separados por una brecha de resentimiento fingido y un torrente de recuerdos.

"¿Qué tan sucio tienes que jugar esta vez, Josea?" escupió Giselle, cumpliendo su papel de 'Viper'.
Klandestinoh mantuvo su mirada en el horizonte. "Tan sucio como sea necesario, Viper. No estoy aquí para hacer amigos. Solo para recuperar lo que perdí." Era una verdad a medias: estaba allí para recuperar su objetivo, y tal vez, a ella.
El plan de Klandestinoh (el agente) era audaz: utilizar la ruta de contrabando de "La Red" que él había creado tres años antes para engañar a los hombres de Krakovia. Giselle (la agente) tenía la tarea de deshabilitar los sistemas de seguridad biométricos del bunker de Krakovia, una habilidad que la convirtió en leyenda en su antigua agencia.

En el clímax de la misión, en medio del intercambio con los guardias de Krakovia, un imprevisto obligó a Giselle a confiar en Klandestinoh. Un francotirador no identificado (posiblemente un verdadero hombre de Krakovia, o un agente doble de Eckhardt probándolos) abrió fuego.
Giselle quedó expuesta mientras forzaba la caja fuerte que contenía los planos.
"¡A cubierto, Viper!" gritó Klandestinoh. No le dio tiempo a pensar. En lugar de cubrirse él mismo, Klandestinoh usó el camión como escudo, proporcionando fuego de cobertura con una precisión letal, una habilidad que Eckhardt necesitaba ver.
Ella terminó el hack. Los dos escaparon con los planos y los componentes. La coordinación, tensa y silenciosa, fue perfecta. El entrenamiento no se olvida.
ESTA HISTORIA CONTINUARA...