(Un poco de humor, para reir un rato)
Todo comenzó cuando Jeremías Poncee, un hombre que huía de la mafia llegó a la ciudad de Los Santos buscando un nuevo comienzo. En medio de esa nueva vida conoció a Dalia Arizmendi, una joven originaria de la ciudad. Entre ellos nació un intenso romance que pronto los llevó al altar. No pasó mucho tiempo antes de que llegara su primer hijo: Ulises Poncee.
Jeremías era un padre amoroso y trabajador… al menos en apariencia. Su fachada era la de un humilde basurero, pero en secreto se dedicaba al tráfico de armas. Ese pasado oscuro lo alcanzó, y un día falleció en un misterioso “accidente” —aunque todos sabían que en realidad fue un ajuste de cuentas.
A pesar del dolor, Dalia decidió continuar adelante para criar sola a su pequeño Ulises, que apenas tenía 5 años.
El segundo matrimonioDos años después, Dalia conoció a Robert Dalton, un hombre recién llegado a la ciudad. Él se presentaba como un empresario, aunque sus negocios eran todo menos legales. A pesar de sus antecedentes turbios, Dalia se enamoró y volvió a casarse.
Cuando Ulises tenía 8 años, nació Erika Dalton. Dos años más tarde llegó Emma Dalton, y tres años después la más pequeña: Kenia Dalton.
El desastreLa aparente estabilidad familiar se rompió cuando los negocios de Robert salieron mal. Fue descubierto traficando tussi y, en un intento por huir, desapareció “yendo por cigarros”. Dalia salió en su búsqueda, pero su viaje terminó en un accidente de avión que le costó la vida. Kenia apenas tenía un año.
Desde ese momento, Ulises, con apenas 14 años, asumió la responsabilidad de proteger y cuidar a sus tres hermanas, alejándolas —en la medida de lo posible— de los fantasmas del pasado.
La nueva vidaEn la actualidad, los hermanos Poncee Dalton trabajan de forma aparentemente honesta en distintos puntos de Los Santos:
• Paleto Bay (manza)
• Cordillera Sanchianski (vaca
• Desierto de Grand Señora (basu)
• La Mesa (transpo)
• La Puerta (camio)
A pesar de la imagen de trabajadores comunes, los rumores dicen que todos mantienen vínculos con la mafia, siguiendo el legado oculto de sus padres: tráfico de armas y venta de tussi.
Una familia pequeña y rota… pero buena. Sí, buena.
Continuará…Come frutas y verduras.
