DE CHICA NORMAL, A VIVIR ENTRE LAS SOMBRAS Nací en la ciudad de Los Santos, en un barrio tranquilo, rodeada del cariño de mis padres. Mi infancia fue como la de cualquier otra niña: risas en el parque, estudios, y sueños simples. Nunca imaginé que con los años mi vida daría un giro tan oscuro.
Me casé joven, enamorada, creyendo que había encontrado a mi compañero para toda la vida. Pero pronto descubrí que su mundo era distinto al que yo conocía. Estaba metido en negocios ilegales: venta de éxtasis, armas y tratos con gente vestida de traje y con pinta de ser peligrosos. Al principio solo observaba desde afuera, pero la curiosidad y la cercanía me fueron arrastrando. Entré en un círculo que jamás hubiera imaginado: mafias, reuniones secretas, fiestas donde se cerraban tratos millonarios. Conocí a gente muy poderosa, con mucho dinero y poca moral. Ese mundo, aunque peligroso, tenía un magnetismo que atrapaba.
Pasaron los años y mi matrimonio se fue rompiendo. El amor se volvió distancia y la distancia se volvió costumbre. Decidimos poner fin. Pensé que al dejarlo volvería a una vida tranquila, pero ya era tarde: ese mundo ya me había marcado.
Empecé mi propio camino ilegal; a mi manera, con mis reglas. Hice contactos, me gané respeto y también enemigos. Con el tiempo ingresé a una organización donde conocí a cuatro mujeres valientes, que sin temor alguno estaban dispuestas a tirar del gatillo para proteger a los que amaban. Con ellas aprendí a sobrevivir en esa jungla implacable.
Mi camino siguió girando, y en medio de ese caos, conocí a una mujer que, a diferencia de mí, caminaba en el lado legal, siendo policía. A pesar de nuestras diferencias, la amistad que nació fue sincera y fuerte, y ambas supimos separar muy bien nuestras vidas, manteniendo un respeto y una confianza que ninguna ley ni mafia podría destruir. Gracias a ella, entendí que en este mundo difícil, algunas alianzas trascienden las calles y las leyes.
Conocí también a personas increíbles, y entre ellas un hombre, un oficial de policías, que intentó sacarme del mundo ilegal. Pero su esfuerzo no fue suficiente; sabíamos que no estábamos hechos el uno para el otro, y al final seguimos caminos distintos.
Formo parte de una organización sólo de mujeres, llamada "
LAS DIOSAS DE LOS SANTOS " donde la mayoría usa identidad falsa para hacer justicia por mano propia. En ellas encontré una hermandad donde el miedo no existe, donde aceptar contratos de secuestro o asesinatos es un pasatiempo.
Y entonces… llegó ella. El destino me presentó a una mujer que no solo cambió mi camino, sino también mi corazón. Llegó a la ciudad acompañada de su hermana mayor, y pensé que yo sería quien la guiaría, que le enseñaría cómo sobrevivir a las peligrosas calles de Los Santos. Pero fue al revés: ella me enseñó que incluso en un mundo tan sucio todavía existe la lealtad más pura. Con ella descubrí una paz que creía perdida y una felicidad que jamás pensé volver a sentir. Entre balas, riesgos y noches sin descanso, encontramos un refugio mutuo; un amor intenso, verdadero, capaz de hacerme olvidar por momentos la oscuridad que nos rodea. Juntas, más que sobrevivir, aprendimos a vivir, escribiendo una historia que va más allá del destino, una historia nuestra.
Por azares del destino, ingresé en la mafia conocida como
GANSTER, una organización exclusiva y peligrosa, donde muy pocos logran entrar y aún menos mantenerse. Liderada por Lil Bennett, esta mafia no es para los débiles. Para sobrevivir allí, tienes que cambiar identidad y apariencia para encajar en ese mundo nuevo y brutal.
Esa es mi historia, la vida que sigo escribiendo cada día entre sombras, amistades y desafíos, siempre buscando mi propio destino en un mundo que no perdona.
