Adrian creció en un barrio conflictivo donde desde joven estuvo rodeado de pandillas y problemas. Su padre lo abandonó cuando era niño y su madre trabajaba largas jornadas para mantenerlo, lo que lo hizo valerse por sí mismo desde temprano. Empezó trabajando en talleres mecánicos, donde aprendió a arreglar autos y a modificarlos, pero también se involucró en carreras ilegales para ganar dinero rápido. Tras un accidente que casi le cuesta la vida, decidió mudarse a la ciudad para empezar de nuevo, aunque su pasado todavía lo persigue.