Robert Brooks es un joven de 24 años, nacido y criado en un barrio humilde de la ciudad en 2001. Desde pequeño creció rodeado de ejemplos de esfuerzo y sacrificio: su madre trabajaba largas horas en una clínica local, mientras que su padre arriesgaba la vida como bombero. Esa infancia marcada por la disciplina, la unión familiar y el contacto constante con la realidad de la calle moldearon en Robert un fuerte sentido de justicia.
Al ver cómo la delincuencia afectaba día a día a su comunidad, tomó la decisión de que algún día llevaría un uniforme, pero no cualquiera: el de policía. Admiraba a los agentes que patrullaban las calles, y aunque de niño los veía como figuras casi inalcanzables, con el tiempo supo que ese sería su camino.
Durante su juventud, se esforzó en mantenerse enfocado. Estudió criminología y leyes básicas, al mismo tiempo que trabajaba en seguridad privada para costear sus gastos. Ese empleo le permitió aprender a mantener la calma bajo presión, a manejar armas cortas con responsabilidad y a tratar con personas en situaciones difíciles.
Robert es un joven serio y disciplinado en lo profesional, pero también cercano y respetuoso en su trato personal. No tolera la corrupción ni los abusos de poder, y sueña con convertirse en un oficial ejemplar. Su meta es clara: ingresar a la academia de policía, graduarse como oficial y proteger a la gente de la misma forma en la que siempre soñó de niño.
